03 enero 2008

Mr. Brazos

Desde que nació que va de brazos en brazos... o de piernas en piernas...


























Muchos cambios

- Iker ya ha cumplido 5 meses y está que se sale. Cada dí...
- ssssshhhhhh! Mama, cállate que esta vez hablo yo.
- Vale, vale...
- Pues eso, ya estoy cerca del medio año y estoy hecho un toro.

Yo creo que ya debo medir casi 70cm y pesar más de 9 kg (olé ese cuerpo serrano!). Soy muy curioso, me gusta mirarlo todo y escuchar todas las conversaciones. La mama me pone cerca de la ventana y me vuelvo crazy (como domino los idiomas) mirando los coches que pasan. Me encanta escuchar a los abuelos cuando hablan (mama dice que me quedo concentrado mirándolos).

También estoy muy fortote. Cuando la mama me pone en el cambiador se tiene que apartar un poco porque me pongo como loco a dar patadas y alguna que otra ya ha ido a su estómago (que conste que lo hago sin querer). Los brazos tampoco se quedan atrás. Cuando la mama me pone delante del ordenador no paro de darle mamporros... si los papas se acercan mucho, a veces se llevan algún que otro arañazo, tortazo (menuda torta le di al papa el otro día, sonó y todo!).

Con el papa me río muchíiiiisimo. Cuando vuelve del trabajo juega conmigo y me pone unas caras muy raras que me hacen dar unas carcajadas enormes (la iaia lo llama reír enseñando las amígdalas).

Además, por fin me han cambiado el menú! Ahora ya meriendo cada día una papilla de frutas y hoy he probado por primera vez la de cereales, uuuummmm! Como los papas son muy buenos conmigo y me quieren mucho no les doy problemas cuando me las dan (me las trago sin rechistar), aunque alguna vez que otra he hecho alguna que otra marranada.

Pero como era de esperar no soy perfecto. Todavía no duermo toda la noche entera y la mama se levanta más de una vez para ponerme bien, taparme y ponerme el chupete (me huelo que en breve me aplican el método Estivill y me sacan de su habitación). Además bato récord de pipí por las noches y me levanto casi todas mojado (a pesar de que los papas me ponen unos pañales superabsorventes). Como soy tan grande tengo mucha hambre y pido de comer más a menudo de lo que tendría. Y por último, me encanta que estén conmigo, me entretengan y me tengan en brazos todo el día. Como me dejen un rato solo me pongo a lloriquear (sí, lo admito, hago un poco de cuento).