El pasado 1 de mayo Iker cumplió 9 meses. No te das cuenta y el tiempo pasa volando. Hace nada era un bichejo que cabía en mi regazo y era todo pequeñín (si alguna vez lo ha sido).
Y ahora está hecho un hombretón que pesa más de 10,5 kg (para que os hagáis una idea eso es lo que pesa un niño de un año y poco), intenta caminar a todas horas (lleva 3 meses entrenando pero no se aguanta todavía solo), tiene ya 4 dientes (y no veas como aprieta) y tiene un amplio vocabulario (tatatatatatata... dadadadadadada... y papapapapapapa...).
Además ha aprendido que es lo que nos hace gracia y se pasa el día haciendo sonidos con la boca (no sé como describirlos), ladeando la cabeza (en plan coqueteo) y resoplando.
Como veis, avanza a pasos agigantados. Eso sí, el pelo todavía no le ha salido!
